El otro día leí de pasada un titular en un periódico francés que decía que se temía que los franceses no fueran tan solidarios enviando ayudas y donativos a Japón por la idea de país rico y muy desarrollado que se tiene de él.
Pensé que en España pasaría lo mismo, y que despierta en nosotros mucha más preocupación y compasión una catástrofe en un país subdesarrollado.
¿Quizá si los japoneses aparecieran en las noticias gritando, llorando y arrasando presas del pánico lo poco que se pueda encontrar en las tiendas nos movería más el enviar dinero y demás.
¿No nos pasa también con las personas de nuestro entorno? ¿No nos conmueve más consciente o inconscientemente el amigo que se queja de sus dolores e infortunios que aquel que calla y pone siempre buena cara?
Deja un comentario